"Ni es caballo, ni yegua, ni pollino en el que va montado, que es pepino"
A José Bonaparte, Rey muy preparado gracias a sus viajes y estudios, se le colocó el sambenito de borracho e incluso tuerto, y apelativos como "José I José postrero", "José ninguno", "Pepe plazuelas", "Pepe Botella", "Rey pepe", "pepino, pepillo y pipote". Por muy buenas intenciones que tuviese, difícil lo iba a tener con un pueblo que no lo quería y un hermano que no le daba margen de maniobra alguna. Dicha visión alimentó la lucha contra el invasor, aunque también tópicos, hasta el punto de vista de distorsionar la Historia. Hoy sabemos que José Bonaparte ni mucho menos era borracho, ya que incluso se piensa era abstemio, ni tampoco un incapaz, todo lo contrario.
Aquí tenéis una coplilla que se le cantaba al rey invasor:
Al Rey José I
Al ínclito Señor Pepe, rey (en deseo) de las Españas, y (en visión) de las Indias
Salud, gran rey de la rebelde gente;
salud, salud Pepillo diligente,
protector del cultivo de las uvas
y catador experto de las cubas;
hoy te celebra mi insurgente mano
desde el grandioso emporio gaditano;
y sin quebrarme mucho la cabeza
al momento tropezara
mi pluma con tus raras cualidades;
no llenaré el papel de las variedades,
como hacen a tu lado
necios aduladores
de tu persona y denigrado trono,
que te dexan corrido como un mono,
celebrando virtudes que no tienes,
y coronan tus sienes
con laureles de Marte, o bien de Apolo,
cuando al tyrso de Baco aspiras solo.
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